Da una tranquilidad especial estar aquí, en este tren ultraligero. Todo el mundo habla italiano, incluida la margarita de Dumas. Del rosa de sus camelias es el carmín escogido esta vez, para sonreírme cada vez que pierdo a las damas.
Entre el sol y la luna, la vía férrea lista hacia el sur, hacia Boloña…
(del diario personal del dr. Sverennson)
Contemplo la nieve y, de nuevo, centellea de oro blanco.
Aquí y allá despuntan negras lanzas. Un bosque descomunal se yergue a ambos lados de la línea.
Por encima, el día se mantiene obstinado en un gris perla.
Hace frío.
Una franja blanca, como de encefalograma plano, parte tus ojos.
El paisaje se impresiona en esas dos ventanas negras y por más que me asomo sólo distingo velocidad.
Permanecemos en el pasillo caoba sosteniendo, entre tu mano izquierda y mi diestra, el lento pero irreversible teorema del amor, desviados ligeramente del eje frontal por alguna insinuante razón.
Te miro, y mis ojos son el espejo donde acicalas el alma.
Repelidos hacia el compartimento de primera, caes sobre mí, broto en tu abrazo, encandilas suspiros, desenfreno en tu simiente.
Solos en el interior de esta bala se concentra el fuego eterno.
Los trenes en la nieve me traen recuerdos del Dr. Zhivago
ResponderEliminarhttp://youtu.be/eeEbuAXPqVU
besos
Mucho respeto y admiración por tan sublimes lineas llenas de vida ...
ResponderEliminarBesos, besos..
El tren transita por una dimensión misteriosa.
ResponderEliminarUn gran saludo.
me apasiona el tren, si pudiera dejaría aparcados los aviones
ResponderEliminarpero entre él y yo hay distancias kilométricas, demasiado reacias a olvidar el paso del tiempo
un placer teneros por aquí!!
Interesantes reflexiones que no hacen sino demostrar las excentricidades a la que las situaciones relaes llevan a la irrelaidad del mundo de la mente.
ResponderEliminarHe descubierto tu blog a través del de CasasRealesDesnudas y me he hecho seguidor de él. Te dejo la dirección del mío por si te interesa echarle una ojeada:
http://cspeinado.blogspot.com
Me encanta ese tipo de tren a la vieja usanza, con su vagón restaurante de los de antes y sus coches-cama. Para viajar sin prisa y con buena compañía. No sé por qué, pero pensar en esos viajes en tren me provoca excitación. Será por algo.
ResponderEliminarBesos.
Hermosos relatos, acompañados de imágenes fantásticas.
ResponderEliminarMuy bonito tu blog, un gusto pasar a leerte.
Un abrazo.
Nada como un viaje en tren...
ResponderEliminarLa foto es espectacular.
Un beso desde mis Amanteceres.
excelente y potente foto del tren
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