19/7/14

21. Rock of doom



La bruja lo tiene preso en la retina, y ella misma no entiende cómo ha podido rendir así de fácil su voluntad ante un mortal. Su cuerpo le provoca. Lo ha visto desnudo en las sombras de los sueños más terribles y ha creído poseer su sexo en más de una ocasión. Pero la luz ha quemado el espejismo. Sólo en una noche sin luna, cuando la herida supurante de la hechicera escueza más allá del tiempo, logrará poseerlo… materializar su ardiente deseo.


(del diario personal del dr. Sverennson)



Si no eres tú, será otro.
Si no es tu dinero, será el de otro.
Eso te dije. Y, aunque no podías oírme, ni tan siquiera intuirme, te lo susurré muy despacio, para que impalpables como el mejor perfume, mis ruegos hicieran mella en ti.
Porque de eso se trataba, de rogarte la más apreciada de las atenciones, sintiéndome ya entonces esclava de tu carencia. ¿Pero cómo explicárselo a nadie?

La misma sensación de desarraigo, de tortura ilícita, que cuando, tiempo después, aceptaste hacerte cargo de mí y te regodeabas en mi contemplación mientras exigías de mis labios las más intrincadas palabras, como persiguiendo en su resonancia la prueba escrita de mi rendición sincera. Qué lejos estaba yo de saber en aquellos días la conmoción que mi desnudez sembraba en ti. Cuánto aprendí sumergida en tus largos silencios, en aquella densa opacidad que tu convulsiva adicción al tabaco inventaba. Comprendí que sólo enfrentándote a mí podría haber algún futuro. Y que cierta dosis de crueldad doblegaría tu terca resistencia a entregarte a mis deseos, los mismos que capeaban bajo tu piel.

Es ahora mismo y, mientras dormitas en el escenario de nuestro delito, yo sigo aturdida por la fiebre, amarrada voluntariamente a miles de engarces de espuma blanca que tu espada de conquistador roció sobre mi noche.


2 comentarios:

  1. Fantástico… maravilloso… Brillante, as usual, sí.

    Mi beso y mi admiración, Lady Shine.

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    1. es usted demasiado generoso en sus cumplidos, monsieur
      si no le conociera, pensaría que busca algo de mí

      a sus pies [de baile], siempre

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La palabra sólo puede celebrar la belleza, no reproducirla (Thomas Mann)