La bruja lo tiene
preso en la retina, y ella misma no entiende cómo ha podido rendir así de fácil
su voluntad ante un mortal. Su cuerpo le provoca. Lo ha visto desnudo en las
sombras de los sueños más terribles y ha creído poseer su sexo en más de una
ocasión. Pero la luz ha quemado el espejismo. Sólo en una noche sin luna,
cuando la herida supurante de la hechicera escueza más allá del tiempo, logrará
poseerlo… materializar su ardiente deseo.
(del diario personal
del dr. Sverennson)
Si no eres tú, será
otro.
Si no es tu dinero,
será el de otro.
Eso te dije. Y, aunque no podías oírme, ni tan siquiera
intuirme, te lo susurré muy despacio, para que impalpables como el mejor
perfume, mis ruegos hicieran mella en ti.
Porque de eso se trataba, de rogarte la más apreciada de las
atenciones, sintiéndome ya entonces esclava de tu carencia. ¿Pero cómo
explicárselo a nadie?
La misma sensación de desarraigo, de tortura ilícita, que
cuando, tiempo después, aceptaste hacerte cargo de mí y te regodeabas en mi
contemplación mientras exigías de mis labios las más intrincadas palabras, como
persiguiendo en su resonancia la prueba escrita de mi rendición sincera. Qué
lejos estaba yo de saber en aquellos días la conmoción que mi desnudez sembraba
en ti. Cuánto aprendí sumergida en tus largos silencios, en aquella densa
opacidad que tu convulsiva adicción al tabaco inventaba. Comprendí que sólo
enfrentándote a mí podría haber algún futuro. Y que cierta dosis de crueldad
doblegaría tu terca resistencia a entregarte a mis deseos, los mismos que
capeaban bajo tu piel.
Es ahora mismo y, mientras dormitas en el escenario de
nuestro delito, yo sigo aturdida por la fiebre, amarrada voluntariamente a
miles de engarces de espuma blanca que tu espada de conquistador roció sobre mi
noche.
Fantástico… maravilloso… Brillante, as usual, sí.
ResponderEliminarMi beso y mi admiración, Lady Shine.
es usted demasiado generoso en sus cumplidos, monsieur
Eliminarsi no le conociera, pensaría que busca algo de mí
a sus pies [de baile], siempre